En cualquier instalación industrial, para garantizar la seguridad y continuidad operativa, el buen estado del cableado eléctrico es vital.
Cuando hablamos de entornos exigentes (como pasa en sectores con altas temperaturas, presencia de humedad, agentes químicos o vibraciones constantes), los cables están expuestos a un deterioro acelerado que puede derivar en fallos, paradas no planificadas o incluso riesgos graves.
Por eso, en este artículo compartimos una serie de recomendaciones prácticas para ayudarte a prolongar la vida útil de los cables eléctricos, reducir costes de mantenimiento y mejorar el rendimiento de tus instalaciones.
¡Vamos allá!
Factores que acortan la vida útil de los cables
Los cables eléctricos están diseñados para resistir condiciones exigentes, pero estos factores pueden acelerar su desgaste:
- Temperatura extrema. El calor excesivo puede deteriorar el aislamiento y provocar pérdidas de eficiencia. El frío intenso, por su parte, vuelve los materiales más frágiles y propensos a agrietarse.
- Humedad o presencia de agua. La entrada de humedad en el cableado puede generar corrosión, cortocircuitos y fallos de aislamiento, sobre todo si no se emplean materiales adecuados o no están bien protegidos.
- Sustancias químicas o aceites. Entornos industriales con exposición a aceites, disolventes u otros productos químicos requieren cables con recubrimientos especiales. De lo contrario, el aislamiento puede degradarse rápidamente.
- Exposición a rayos UV o ambientes salinos. En instalaciones exteriores o cercanas al mar, la radiación solar y el salitre aceleran el envejecimiento del material, afectando la resistencia mecánica y eléctrica del cable.
- Vibraciones mecánicas o movimientos constantes. El movimiento repetitivo o la vibración (frecuente en maquinaria y entornos industriales) puede causar desgaste por fricción o aflojar conexiones, comprometiendo la seguridad.
Buenas prácticas de instalación
Teniendo en cuenta los factores anteriores, a continuación te damos un listado de buenas prácticas durantel a instalación,ya que es algo que influye bastante:
- Evita curvaturas excesivas. Respetar el radio de giro mínimo indicado por el fabricante previene daños internos en el cable.
- Utiliza canalizaciones, tubos o bandejas apropiadas. Estas protegen al cable de agentes externos como humedad, polvo o impactos.
- Asegura protección física: Evita que el cable quede expuesto a golpes, pisadas o presión constante.
- Etiqueta de forma correcta: Una buena identificación facilita futuras intervenciones y reduce errores durante el mantenimiento.
- Evita el contacto con fuentes de calor o agua: Siempre que sea posible, separa los cables de tuberías calientes o zonas propensas a filtraciones.
Mantenimiento preventivo y revisiones periódicas
Una instalación eléctrica segura y duradera no termina con una buena ejecución. Requiere un plan de mantenimiento que permita detectar a tiempo posibles fallos. Estas son algunas prácticas clave:
- Revisión visual periódica: Comprobar el estado de los recubrimientos, conexiones y empalmes permite detectar signos de corrosión o deterioro antes de que se conviertan en un problema grave.
- Cámaras termográficas: Son útiles para identificar puntos calientes o sobrecalentamientos que podrían indicar una conexión defectuosa o un cable sometido a esfuerzos excesivos.
- Limpieza de cuadros y canaletas. Eliminar polvo, grasa o humedad acumulada ayuda a evitar riesgos de cortocircuitos y mejora la disipación térmica de los cables.
- Registro de inspecciones. Llevar un control documentado de las revisiones realizadas y la vida útil estimada de los cables permite anticiparse al fin de su ciclo y planificar renovaciones sin urgencias.
Cuándo sustituir un cable eléctrico
No esperes a una avería. Estas señales indican que ha llegado el momento de reemplazar un cable:
- Grietas, rigidez o decoloración en el recubrimiento.
- Sobrecalentamientos frecuentes o pérdida de conductividad.
- Daños mecánicos visibles o aislamiento comprometido.
En instalaciones sometidas a condiciones extremas, se recomienda un recableado preventivo para evitar fallos inesperados.
Un cable bien instalado y mantenido puede durar muchos años, incluso en entornos exigentes. Por eso te animamos a revisar, proteger y anticiparte a posibles fallos.
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