
El autoconsumo fotovoltaico se ha convertido en una solución habitual en viviendas, industrias y edificios terciarios.
Cada nuevo proyecto suma potencia instalada, pero también aumenta la responsabilidad del instalador. Una instalación mal protegida no solo reduce su vida útil, también puede provocar riesgos eléctricos graves.
Garantizar la seguridad eléctrica en sistemas de autoconsumo pasa por algo más que cumplir la normativa.
En este artículo repasamos los puntos clave que todo profesional del sector eléctrico debe tener en cuenta para lograr instalaciones seguras, fiables y preparadas para el uso diario y las condiciones del entorno.
Uno de los principales peligros es el contacto directo o indirecto con partes en tensión. En el lado DC, los módulos generan electricidad incluso sin estar conectados a red. Esto obliga a extremar las precauciones durante la manipulación de cables, conectores y cajas de protección. Un error habitual es subestimar la tensión en corriente continua y trabajar sin las medidas adecuadas.
A esto se suman los trabajos en altura. La instalación de módulos en cubiertas implica riesgo de caída y una manipulación constante de material eléctrico. El paso de cables DC, el conexionado de strings o la colocación de protecciones requieren orden, señalización y una correcta planificación del trabajo para evitar accidentes y daños en el cableado.
Fase de trabajo | Riesgos principales | EPI recomendados | Normativa de seguridad aplicable |
Análisis y diseño | Riesgo bajo, exposición limitada | Casco de protección, guantes anticorte al manipular planos o estructuras | UNE-EN 397 (casco), UNE-EN 388 (guantes) |
Instalación de paneles | Caídas, golpes, cortes, exposición solar | Arnés anticaídas con línea de vida, casco con barboquejo, guantes anticorte, gafas de sol con filtro UV | UNE-EN 361 / 363 (arnés/línea de vida), UNE-EN 397 (casco), UNE-EN 388 (guantes), UNE-EN 172 (gafas) |
Cableado y conexionado eléctrico | Contacto eléctrico, arco, cortes | Guantes dieléctricos clase 0 o 00, ropa ignífuga CAT II, protección ocular cerrada | UNE-EN 60903 (guantes), UNE-EN 61482-1-2 / ISO 11612 (ropa), UNE-EN 166 (gafas) |
Puesta en marcha y pruebas | Tensión en bornes, errores de conexionado | Mismo equipo que en fase anterior + calzado dieléctrico aislante + multímetro CAT III | UNE-EN ISO 20345 (calzado), IEC 61010-1 / CAT III (multímetro) |
Mantenimiento | Riesgo por tensión residual | Procedimiento LOTO + comprobador de ausencia de tensión + EPI dieléctrico completo | OSHA 1910.147 (LOTO), IEC 61243-5 (verificador de tensión), UNE-EN 60903 / 61482 / 50365 (EPI dieléctricos) |
Una vez la instalación está en funcionamiento, los riesgos no desaparecen. Las sobretensiones provocadas por descargas atmosféricas o maniobras en la red pueden dañar inversores, protecciones y equipos conectados.
Los incendios por malas conexiones son otro riesgo relevante. Bornes flojos, conectores incompatibles o empalmes defectuosos generan puntos calientes. Estos fallos suelen pasar desapercibidos en el día a día y aparecen cuando el daño ya es importante.
También hay que tener en cuenta los fallos por envejecimiento o por condiciones ambientales. El sol, la humedad, el polvo y los cambios de temperatura afectan al aislamiento, a los conectores y a las cajas de protección. Sin revisiones periódicas, pequeñas degradaciones pueden convertirse en averías o situaciones peligrosas.
La seguridad eléctrica en autoconsumo está ligada al cumplimiento normativo.
Conocer la legislación aplicable es una obligación legal y una herramienta para diseñar instalaciones más fiables y evitar problemas futuros con el cliente o con la administración.
Reglamentos eléctricos de referencia H3
El Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) es la base de cualquier instalación de autoconsumo. Varias de sus Instrucciones Técnicas Complementarias tienen aplicación directa en sistemas fotovoltaicos, tanto en el lado DC como en el AC. Entre ellas destacan las relativas a protección contra contactos eléctricos, sobreintensidades, puesta a tierra y sobretensiones.
Además del REBT, conviene revisar las ITC que afectan a locales, emplazamientos y condiciones especiales, ya que muchas instalaciones de autoconsumo se integran en edificios ya existentes. La correcta interpretación de estas instrucciones marca la diferencia entre una instalación ajustada a normativa y otra con carencias de seguridad.
Normas UNE más habituales en instalaciones fotovoltaicas H3
Las normas UNE complementan al REBT y aportan criterios técnicos más específicos para el diseño y ejecución de instalaciones fotovoltaicas. Estas normas recogen aspectos como el dimensionado del cableado, la selección de protecciones, la identificación de circuitos y los ensayos previos a la puesta en marcha.
La puesta en servicio y las verificaciones finales confirman que la instalación funciona según lo previsto. Comprobar protecciones, continuidad de tierras y correcta actuación de los dispositivos de seguridad evita incidencias desde el primer día. Un cierre correcto del proyecto refuerza la confianza del cliente y protege al profesional ante posibles reclamaciones.
El lado DC exige máxima atención, ya que los módulos generan tensión de forma continua. El cableado para exterior debe soportar radiación solar y condiciones ambientales exigentes, mientras que los conectores certificados y compatibles evitan puntos calientes y fallos de contacto.
Las cajas de protección y los fusibles protegen los strings frente a sobreintensidades y permiten trabajar con seguridad en tareas de mantenimiento. Errores en el dimensionado, en la certificación o en la ubicación de estos elementos reducen la fiabilidad de la instalación y aumentan el riesgo eléctrico.
En el lado AC, la seguridad depende de una correcta selección de interruptores automáticos y diferenciales, adaptados a la potencia del inversor y al tipo de red. La coordinación de protecciones evita disparos innecesarios y asegura una respuesta adecuada ante fallos.
Cuando el autoconsumo se integra en instalaciones existentes, resulta clave revisar el estado del cuadro eléctrico, las protecciones y la puesta a tierra. Una instalación previa en buen estado es la base para una conexión segura y estable del sistema fotovoltaico.
El calor extremo acelera el envejecimiento de cables, conectores y componentes electrónicos. Las lluvias intensas ponen a prueba el sellado de cajas y protecciones, mientras que el viento afecta tanto a la estructura de soporte como a la sujeción de los módulos. Una instalación expuesta a estas condiciones debe contar con materiales adecuados y un montaje sólido.
El anclaje correcto de los módulos y la protección de los equipos frente a la intemperie evitan desplazamientos, vibraciones y filtraciones de agua. Estos detalles influyen de forma directa en la seguridad eléctrica y en la vida útil del sistema.
Las revisiones periódicas permiten comprobar el estado del cableado, las protecciones y los elementos de fijación. Una inspección visual y funcional ayuda a mantener el rendimiento y a evitar incidencias mayores.
La detección temprana de fallos es clave. Conectores deteriorados, fusibles dañados o signos de calentamiento pueden corregirse antes de provocar averías o situaciones de riesgo. Un mantenimiento planificado mantiene la instalación segura y operativa durante años.
Garantizar la seguridad eléctrica en instalaciones de autoconsumo es una tarea que va más allá de cumplir la normativa. Requiere conocer los riesgos reales, elegir bien cada componente y ejecutar la instalación con criterio técnico.
En un sector que sigue creciendo, trabajar con estándares claros y buenas prácticas marca la diferencia entre una instalación que funciona y otra que perdura.