En las instalaciones eléctricas industriales, no basta con que un cable funcione: debe hacerlo de forma segura, eficiente y duradera, incluso en condiciones extremas.
Cumplir con la normativa no es solo una cuestión técnica: es un requisito legal y de seguridad.
En este artículo te explicamos qué normativas y certificaciones debes tener en cuenta al elegir cables industriales, por qué son importantes y cómo asegurarte de que estás utilizando el producto adecuado para tu instalación.
En el ámbito industrial, los cables eléctricos están sometidos a condiciones de trabajo mucho más exigentes que en otros entornos. Deben funcionar de forma fiable en presencia de:
Utilizar cables no certificados o sin garantías de calidad supone un riesgo real. Las consecuencias más frecuentes son:
Además, es obligatorio en cualquier proyecto industrial que los materiales eléctricos utilizados, incluidos los cables, cumplan con las normativas técnicas vigentes, tanto nacionales como europeas.
A la hora de seleccionar cables para instalaciones industriales, es fundamental verificar que cumplan con las normativas técnicas exigidas por la legislación española y europea, así como con certificaciones de calidad reconocidas. Estas son las más relevantes:
Estas normas técnicas regulan diferentes tipos de cables eléctricos de baja tensión:
Cumplir con estas normas garantiza que el cable ha sido fabricado conforme a criterios de seguridad, durabilidad y rendimiento eléctrico.
La normativa CPR clasifica los productos eléctricos según su comportamiento frente al fuego. En el caso de cables, es obligatoria su aplicación en edificios y obras de ingeniería civil en la UE.
Los cables deben indicar su clase de reacción al fuego (por ejemplo, B2ca, Cca, Dca), además de información sobre emisión de humos, acidez y gota incandescente.
Esta clasificación permite evaluar su seguridad en caso de incendio y facilita la correcta elección según el entorno de instalación.
El marcado CE es obligatorio para comercializar productos eléctricos en el Espacio Económico Europeo. Asegura que el producto cumple con los requisitos de seguridad, salud y protección ambiental establecidos en las directivas europeas.
Un cable sin marcado CE no debería utilizarse en ninguna instalación dentro de la UE.
Esta directiva europea limita el uso de determinadas sustancias peligrosas (como plomo, mercurio o cadmio) en equipos eléctricos y electrónicos.
Un cable conforme a RoHS es más seguro para el usuario, menos contaminante y cumple con la normativa ambiental vigente.Todos los cables comercializados en la Unión Europea deben cumplir con esta certificación.
Un cable con marcado HAR (por ejemplo, H05VV-F) garantiza homologación europea y facilita su uso en proyectos internacionales.
Certificadoras independientes como AENOR (España), IMQ (Italia), VDE (Alemania) o UL (EE.UU.) avalan que el producto ha superado ensayos técnicos exigentes.
Contar con alguno de estos sellos en el cable proporciona una garantía adicional de seguridad, fiabilidad y cumplimiento normativo.
Verificar que un cable cumpla con estas normas y certificaciones es clave para garantizar la seguridad de la instalación y evitar problemas técnicos o legales en entornos industriales.
Todos los cables industriales no son iguales. Elegir uno sin certificar puede poner en riesgo la seguridad de las personas, provocar fallos en la instalación y generar costes imprevistos.
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